Hace una semana mi perrita Winnie se fué al cielo. Quienes hayan perdido a su querido amigo(a) saben como es esa mezcla de sentimientos felices, tristes, felices, tristes, felices… y es por eso que escribí una carta para Winnie. Esta es la versión corta. La versión larga se escribirá cada día mientras yo siga hablando con ella. Tengo miles de fotos, pero la mejor imágen, es la que se queda en el alma.
Hace apenas una semana que te fuiste, que cruzaste el puente al arcoiris. Dios te dió alas para llegar a nuestra vida y ahora te da alas para volver al cielo y volar de regreso a nuestro corazón. Winnie, siempre te vamos a amar.
Sigo hablando contigo y mirándote en cada rincón de la casa, en el parque y en el coche. Tu presencia es tan fuerte que no tengo duda de que estás aquí, dándome señales de que el amor que dejaste siempre va a estar con nosotras. No sé como son el cielo o el puente al arcoiris, pero estoy segura de que tu espíritu ahora ilumina cientos de estrellas.
Es difícil sonreír, pero lo hago cada vez que pienso en tí. Las lágrimas son una mezcla de tristeza y felicidad que solo limpian el alma dejando buenos recuerdos.
Mi mamá te trajo a nuestras vidas. Ahora las dos te extrañamos igual que cuando Samantha y Camila cruzaron hacia el arcoiris. Seguramente estarás con ellas, las tres corriendo en algún campo verde, rodeado de lagos y con el cielo más azul que se haya visto. Por esa razón estoy tranquila, por que ahora descansas feliz y sé que un día nos volveremos a reunir.