Nuestro día empieza con un paseo al parque, el desayuno y una corta siesta, hasta que tengo que despertar a Winnie para ir al veterinario. Le doy a oler mi bolsa ya que inmediatamente sabe que significa un paseo en el coche, entonces la aventura empieza después de ladridos, vueltas en círculo y una carrera a la puerta.
Lo que Winnie no sabe es que vamos al veterinario. Llegamos y se baja del coche tranquila y feliz, pero al llegar a la puerta… ¡da la media vuelta y se quiere ir! como la mayoría de las mascotas que saben que al final, no hay escapatoria : )
En el fondo está tranquila por que sabe que todos en la clínica la quieren, desde la recepcionista que la saluda con una sonrisa, el doctor que va a asegurarse de que esté bien y todos los que trabajan ahí, que son muy amables.
Desde hace tiempo voy a la clínica del Dr. Rivera. Está solo a unos minutos de la frontera con San Diego. Muchos visitantes cruzan a “Baja” el fin de semana para surfear, descansar y disfrutar de la comida Mexicana. Algunos vienen con sus perros y la pasan genial.
Yo estoy feliz con la clínica de el Dr. Rivera. El es super profesional y cariñoso con los animales. Se respira amor por todos lados. Si visitan Tijuana y la zona de “Baja”, Rosarito, Puerto Nuevo o la Ruta del Vino y traen a sus mascotas, el doctor Rivera tiene que estar en su lista de contactos.
Viajar con tu mascota es super divertido y más cuando tienes la tranquilidad de que habrá alguien que ayudará a tu peludito hijo en caso de necesidad. En su sitio podrán encontrar más información: http://doctordeanimales.info/principal/
Pero lo más importante de esta aventura, es que el Dr. Rivera y yo estamos felices de que Winnie, a sus casi 16 años de edad, está muy bien (con las fallas normales de la edad). ¡Lo siguiente será pedir su cita en la clínica para el salón de belleza! en donde por cierto, siempre la dejan hermosa : )